El sábado pasado me senté a tomar un café con una compañera del pregrado de Historia. Conversamos de muchas cosas, entre ellas de un amor intenso y de la posibilidad de que tras tener uno así, los otros nunca serían igual.
-- ¿Vos nunca has sentido algo así? -- Preguntó ella de repente -- Me imagino que sí.
Yo dudé. Por un instante no supe qué responder. Me tomó fuera de base porque estaba muy concentrado escuchando su caso. Tras unos segundos, dije que quizás nunca había sentido un amor tan fuerte y profundo. Me quedé pensando en ello. Unos minutos después, recuerdo que mencioné que sí me he sentido enamorado en algunas ocasiones y que ha sido muy bonito:
-- Hace muchos años, cuando estaba muy joven, me sentí muy enamorado de alguien -- recuerdo que en ese momento comencé a recordar aquella época --, pero cuando la relación se acabó, años después, el sentimiento no era igual, así que yo no sufrí al final.
La conversación viró a otros temas. Hablamos de las clases, las materias del pregrado, los trabajos y lo caro que podía salir, para ella, ir a Santa Fé de Antioquia cada ocho días en carro. Al final nos despedimos y cada quien tomó su camino.
Al día siguiente pensé mucho en aquello del enamoramiento y de las relaciones "bonitas". Pensé mucho en el sentir de mi compañera acerca de que, quizás, el amor profundo sólo se vive una vez y que los otros ya no lo son tanto. Recordé las veces en las que me he sentido ilusionado, entusiasmado, comprometido. "Qué lindo se siente eso. Qué lindo sentirlo de nuevo", pensé. Pero también pensé en que realmente son pocas las veces que he sentido de esa manera y que además, al parecer, cada vez me es más difícil sentir así. ¿Será imposible sentirlo de nuevo?, me pregunté. Me dio nostalgia.
No sé si la compañera plantea el hecho de no volver a amar igual con cierta resignación... quizás desesperanza... Me dio esa sensación, pero no lo puedo asegurar. Yo no pienso como ella. A pesar de que considero que cada vez me es más difícil, a la vez creo firmemente en que cada amor es único y no se debe comparar uno con otro, simplemente vivirlo. No me interesa comparar lo que sentí por una novia en el 2005 a lo que sentí por otra en el 2010, por ejemplo (fechas reales, de hecho).
De lo que sí estoy seguro y tengo certeza que tienen en común esos sentires, es que se viven muy bonito. Tener una ilusión así, una motivación y una seguridad de que esa es la persona y no importa nada más, en realidad, para mí, es algo que no tiene precio. Quisiera vivirlo nuevamente, una vez más. No sé si tenga la ocasión, pero sé que eso me haría inmensamente feliz.